25 de diciembre de 2019

Reseña de Ghostgirl 2, El regreso de Tonya Hurley (Beatris)

¡Hola a todos! Yo soy Beatris y en esta ocasión os traigo la reseña de Ghostgirl 2 El regreso escrito por Tonya Hurley. 
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Datos principales:
Título: El regreso (Ghostgirl, #2)
Título original: Homecoming (Ghostgirl, #2)
Autora: Tonya Hurley 
Saga: Sí (tetralogía, libro 2/4)
Páginas: 301
Editorial: Alfaguara
Sinopsis: 
Morirse de aburrimiento no es una opción. 
Dicen que la comedia es una tragedia que le sucede a otro. 
Pero que en el Más Allá uno todavía tenga que hacer prácticas a Charlotte no le hace ninguna gracia. Y menos si consisten en coger el teléfono en un centro de ayuda para adolescentes problemáticos. Hasta que un día recibe la llamada de su amiga Scarlet: una pedicura terriblemente torpe ha dejado a Petula, su hermana pija, en coma. Y además, Damen, el novio de Scarlet, parece que vuelve a sentir algo por Petula, aunque ésta esté inconsciente... Tal vez Charlotte sea la única persona que pueda solucionarlo... aun a riesgo de precipitar un fatídico final para todos. 
Opinión personal:
Leí la saga de Ghostgirl al poco de su publicación, cuando estaba adquiriendo mucha fama entre los consumidores de literatura juvenil. Es ahora cuando estoy releyendo cada uno de los tomos, y por fin le ha llegado su turno a este segundo. 
Tal y como ya había mencionado en mi reseña del libro predecesor, me parece que el diseño de cubierta de esta saga de novelas destaca por sus cuidadas ediciones y su atención al detalle. Poseen la particularidad de que alteran las medidas de tal modo que el largo sea más amplio que el ancho, como si realmente se tratase de un ataúd. La bien definida forma de un espejo guarda en su reflejo a la sombra de Charlotte (la protagonista), que porta una corona sobre la cabeza. Hay un plástico que cubre dicha imagen, simulando el cristal del espejo y dotándole de un poco más de realismo. Una vez abres la cubierta, en la primera página está el dibujo de Charlotte Usher, dejando al descubierto su apariencia física y encajando con la silueta que se mostraba en la portada. Vuelve a mantener todos esos elementos decorativos que estuvieron presentes en el anterior tomo: brillos metálicos, decoraciones de flores, páginas metalizadas en un intenso color morado sobre el que está escrito "ghostgirl", con esa misma tipografía del título tan en la línea de la serie. 
Insisto, de nuevo, en que compréis las ediciones de tapa dura antes que las de bolsillo si estáis interesados en quedaros con la versión más bonita. 
Charlotte y el resto de sus compañeros de la clase de Muertología han conseguido llegar al Más Allá; o bueno, casi. Todavía les quedan superar otros retos para poder alcanzar esa promesa del descanso eterno. Su deber de ahora es hacer unas prácticas en un centro de ayuda, contestando a las llamadas de adolescentes del mundo mortal y tratando de ayudarles a solventar sus problemas. Pero, mientras todo el mundo atiende llamadas, Charlotte no ha recibido ni una sola desde que está allí. Y se siente más sola que nunca ahora que ve que sus nuevas amigas parecen demasiado ocupadas con el trabajo como para prestarle atención. Parece que la suerte vuelve a darle la espalda. 
Mientras tanto, la relación entre Scarlet y Damen empieza a tambalearse, y puede que la distancia esté empezando a pasarles factura. A esto se le suma que Pétula contrae una fuerte infección haciéndose la pedicura en un centro de belleza, dejándola en coma y con un muy delicado estado de salud. 
Scarlet está más perdida que nunca y, por primera vez, no sabe qué hacer para remediar tal desastre. Y más ahora que parece que Damen empieza a replantearse sus sentimientos por Pétula. Puede que, quizás, sea hora de recurrir a Charlotte. 
Habréis podido comprobar que en esta segunda entrega, Tonya Hurley no ha perdido su estilo ese tan característico estilo suyo. Vuelve a ofrecernos un conjunto de situaciones disparatadas que llevan al desastre más absoluto, inaugurando una nueva aventura a la que Charlotte y sus fieles acompañantes habrán de plantar cara. Ese humor negro y grotesco al que el lector termina por acostumbrarse y que lleva a momentos como que una trágica pedicura te deje al borde de la muerte. No podemos olvidar todas esas referencias a la cultura pop, punk, emo y gótica, que regresan con igual o mayor ímpetu.
Como es obvio, la muerte es un tema bastante recurrente en esta saga y me parece muy original en enfoque se le concedió. Se refieren al Más Allá como ese lugar de paz y descanso eterno, un concepto tradicional y clásico que nos resulta familiar a todos nosotros. Pero rompe por completo con la idea de que ese es el lugar al que cualquiera accede nada más fallecer. Todo lo contrario. Hay un camino entre el momento de la muerte y ese Más Allá. Es necesario cumplimentar con una serie de retos personales primero, casi como un proceso de autodescubrimiento y de aceptación para poder dejar atrás la vida mortal y alcanzar ese estado de paz y de calma. Una elección acertada para dejar abierto un ambiente de cierta profundidad y reflexión. 
Creo que es una novela, con diferencia, más introspectiva que la primera. La aparente seguridad y confianza en sí misma de Charlotte empieza a quebrarse. Se ahoga en sus pensamientos destructivos, cuestionándose el papel que ha jugado durante su existencia, pero también lo que ha "vivido" después de la muerte. No se siente cómoda en su propia piel y mantiene muchos complejos sobre ella misma por no saber aceptarse. Empieza a albergar cada vez más miedos por temor a cometer los mismos errores del pasado, a no ser capaz de sobrellevar determinadas situaciones, a no poder cumplir con sus objetivos y a tener que enfrentarse a otro fracaso. Es realmente interesante acompañarla durante toda esta trayectoria cargada de dificultades y crisis emocionales contra las que tiene que luchar para crear una versión de ella más fuerte y preparada ante la adversidad. 
Por este mismo motivo es que se hace hincapié en la importancia del amor propio. Pero también en el verdadero amor hacia los demás. Se sientan las bases de una relación entre dos personajes extremadamente tóxica, en la que uno alimenta las inseguridades del otro de forma continua y peligrosa. Que incluso se esfuerza por hacerle sentir inferior, necesitado y vulnerable. Está reflejado de manera clara y concisa y, de hecho, invita a esa reflexión final sobre lo importante que llega a ser al autorespeto incluso para establecer vínculos emocionales con otras personas. 
Por otra parte, Scarlet empieza a presentir que su relación está pasando por una crisis. Damen está en la Universidad, bastante alejado de Hawthorne y construyendo una nueva vida de la que ella sigue siendo partícipe, aunque no como antes. Su novio está siempre atareado con asuntos en relación a sus estudios y la distancia está empezando a hacérseles un poco cuesta arriba. Por norma general, siempre se nos describe la parte más bella de las relaciones sentimentales pero son pocas las ocasiones en las que se descubre la otra cara de la moneda. Nos guste o no, hay veces en las que por mucho que queramos a nuestra pareja las circunstancias de la vida nos impiden mantener ese vínculo intacto y ahí es cuando empiezan a surgir los problemas. Pienso que es necesario destapar esa otra parte y tratarla con total naturalidad, y aquí se hace con bastante precisión.
Además, queda pendiente esa duda sobre si los sentimientos del pasado pueden regresar en situaciones críticas. Damen sintió algo por Pétula en el pasado, y parece natural que viéndola casi al borde de la muerte empiece a albergar dudas sobre ella. Es uno de esos elementos que te mantiene en tensión a lo largo de la lectura, haciéndote cambiar de opinión constantemente dadas las circunstancias en cada preciso momento. 
En el primer libro pudimos apreciar las primeras pinceladas del comienzo de una bonita amistad entre Charlotte y Scarlet, pero es ahora cuando por fin hallamos un lazo más consolidado, fuerte y estrecho. Son dos personas opuestas la una a la otra, pero que logran entenderse, complementarse, ayudarse y apoyarse en los momentos de mayor debilidad. Y eso es, quizás, justo lo que necesitan. 
Un factor negativo es que termina siendo demasiado fácil descubrir la identidad del villano, de quien se encuentra detrás de tantas manipulaciones. Lo digo yo, que tampoco es que sea un hacha en estas cosas. Me hubiera gustado un poco más de factor sorpresa, que me cogiese desprevenida y dejase estupefacta, pero no fue el caso. De hecho, ni siquiera queda claro cuáles son los motivos que impulsan a dicho personaje a realizar tales obras. Sí, sabes sus orígenes pero, ¿por qué tomarse tantas molestias en arruinarle la muerte a Charlotte? Tendría que haber un motivo, una razón de ser, ¿no? No debería de ser un cabo suelto, y me faltó un poco más de consistencia en ese punto. 
El desenlace fue todo un acierto. Concentra grandes dosis de emotividad hasta convertirlo en un final enternecedor y con un cierto deje melancólico. El último capítulo tiende un poco más hacia la tristeza debido a un suceso en concreto y es el epílogo el que cambia a un tono más esperanzador. 
El estilo de escritura se destaca exactamente por lo mismo que en la anterior novela. Diálogos abundantes y de carácter más bien espontáneo, con conversaciones de ritmo ágil. No se explaya en descripciones sino que da a conocer los detalles justos para un contexto general. 
El foco de atención en los personajes se expande mucho más. Antes la historia había estado especialmente centrada en seguir a Charlotte y Scarlet como las dos protagonistas indiscutibles. Sin embargo, es ahora cuando se nos permite ahondar con mayor profundidad en varios de los personajes secundarios, que pasarán a cobrar más repercusión. 
Damen pasa a tener mayor peso para la trama. Se nos permite conocer más acerca de cómo vive las cosas, cuál es su manera de actuar, hasta dónde está dispuesto a llegar por Scarlet y por Pétula y su forma de pensar. 
Las Wendys, aún sin la compañía de Pétula, no dejan de ser unos auténticos perritos falderos. Quizá ellas sean el cliché más cliché de esta saga de libros. Las típicas secuaces de la villana de instituto que no tienen mucha personalidad, y que hacen todo con un propósito o un interés oculto.
Sin embargo, Pétula es lo más destacable en cuanto a lo que se refiere al desarrollo de los personajes. Adquiere una segunda dimensión en la que dejamos atrás esa capa de superficialidad y empezamos a centrarnos en cómo funciona su mente. En su obsesión por estar a la altura de las expectativas de todo el mundo, en la obligación moral de tener que ser perfecta, en seguir al pie de la letra los cánones de belleza y estar atrapada en la idea de que todo se reduce a la apariencia. Realmente se trata de un amplio espectro de temas, a cada cual más controversial, y este personaje representa perfectamente la monstruosidad que todas estas convicciones. Me gustó conocer esa otra faceta de un personaje que se había mantenido muy en lo arquetípico y que ahora atraviesa un punto de inflexión. 
Y con esto termino mi reseña de "Ghostgirl: El regreso" de Tonya Hurley.
¿Lo habéis leído?
Si es así, ¿qué os ha parecido?
¿Lo queréis leer?
COMENTADME. 
(4/5 estrellas)
Tonya Hurley: 
Cita: 
Charlotte había dejado de vivir, pero no estaba dispuesta a dejar de soñar. 
Espero que os haya gustado. Recordad que yendo abajo tenéis el gadget de seguidores para seguirnos en nuestro blog Mundo Literario (arriba tenéis la suscripción por correo electrónico) y que próximamente Melani (la otra administradora del blog) también publicará algo. ¡Hasta la próxima! 
Beatris

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