14 de marzo de 2020

Reseña de Ghostgirl 4, Canción de Navidad de Tonya Hurley (Beatris)

¡Hola a todos! Yo soy Beatris y en esta ocasión os traigo la reseña de Ghostgirl 4 Canción de Navidad escrito por Tonya Hurley. 
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Datos principales:
Título: Canción de Navidad (Ghostgirl, #4)
Título original: Christmas Spirit (Ghostgirl, #4) 
Autora: Tonya Hurley 
Saga: Sí (tetralogía, 4/4)
Páginas: 231
Editorial: Alfaguara
Sinopsis: 
Oh, negra Navidad.
La Navidad es una buena ocasión para valorar la vida... aunque sea en el Más Allá. 
Esta Navidad Charlotte se despierta ¡otra vez llena de vida! en el instituto Hawthorne, como si el trágico incidente con el osito de goma nunca hubiese sucedido. De pronto, vuelven todos los deseos que tenía antes de morir: ser amiga de Petula, conquistar a Damen y dejar de ser invisible para todo el mundo. Pero, mientras trata de reconquistar su vida anterior, Charlotte irá olvidando su vida en el Más Allá. ¿Conseguirá la Navidad hacer recordar a Charlotte quiénes son sus verdaderos amigos?
Opinión personal:
Hace ya un buen tiempo que decidí que iba a releer la saga "Ghostgirl" para rememorar de nuevo la historia de Charlotte Usher y del resto de personajes. Ha sido bastante interesante retomarla y comprobar cómo ha ido cambiando mi percepción acerca de los libros, y también he ido compartiendo por aquí mis opiniones al respecto. Hoy por fin cerramos las reseñas de la chica fantasma con este último tomo. 
"Canción de Navidad" es más bien una historia complementaria o adicional que nos proporciona una nueva aventura protagonizada por Charlotte y su grupo de amigos (y no tan amigos). La autora nos brinda la oportunidad de conocer más sobre los personajes y regresar al Más Allá para saber qué más sigue después de la muerte. 
Es también por este motivo que se nos ofrece una edición con un estilo más tradicional. Esta vez no hay páginas metalizadas ni una cubierta de plástico por encima de la silueta de una chica. Aún así, se mantienen muchos de los elementos originales. Sigue habiendo epígrafes con la sombra de Charlotte y alguna cita célebre, páginas negras que preceden a cada capítulo con una reflexión acerca del tema que está a punto de abordarse y decoraciones florales en los márgenes de las páginas. Como no podía ser de otra manera, la portada mantiene un estilo navideño completamente acorde a la temática de la novela. Así, la propia chica fantasma aparece caracterizada como si se tratase de un árbol de Navidad. Y, si nos fijamos, observamos que está atrapada dentro de un ataúd decorado con luces. Un acebo corona cada esquina, en contraste con el fondo de copos de nieve. Ese toque navideño impregna toda la cubierta, y además contamos con algunos brillos plateados para darle un aspecto todavía más llamativo. 
De nuevo, vuelvo a insistir en que han conseguido una representación fiel y cercana a la esencia los libros. Es atractiva visualmente, llamativa, bonita y cuidada, con mucha atención al detalle. 
La Navidad ha llegado tanto para los vivos como para los muertos. Todos parecen estar contagiados por un fuerte y feliz espíritu navideño. Todos menos Charlotte, a la que le invade la nostalgia. Parece ser incapaz de asimilar que esas son sus primeras Navidades muerta. Comienza a invadirla un potente deseo de regresar a su vida anterior, a preguntarse cómo hubiese pasado las fiestas si estuviese viva, todo a lo que ha tenido que renunciar por culpa de la muerte, etc. Por mucho que los demás tratan de animarla, sus palabras no terminan de tener efecto en la susodicha. 
Eric, frustrado, estalla en una discusión con Charlotte. Una pelea como nunca antes habían tenido. Es entonces cuando la chica fantasma se reafirma en la idea de ojalá no haber muerto. 
Todos sabemos que la Navidad es la época de los milagros; y el milagro navideño de Charlotte es que regresa a la vida. Se despierta como si nada hubiese pasado, con todas sus funciones vitales en orden y con el ritmo tan ajetreado del Instituto Hawthorne. 
Charlotte quiere sacar el máximo provecho de esta oportunidad. Se propone cambiar su anterior vida y regresar a todas esos objetivos e ilusiones que obnubilaban su mente en el pasado. Quiere formar una amistad con Scarlet, entrar a formar parte del grupo de Petula y las Wendys, conocer a Damen, etc. El problema es que se ha borrado todo rastro de su muerte, como si eso nunca hubiese sucedido, y ninguno de ellos recuerda quién es ella o todo por lo que han pasado. Charlotte decide restarle importancia y por fin construir la vida que siempre había deseado. 
Pero Eric y los chicos muertos solo quieren hacer que Charlotte vuelva a morir y que regrese al Más Allá, al lugar al que pertenece realmente. 
Tonya Hurley recupera la esencia de la famosa novela "Canción de Navidad" de Charles Dickens y la traslada hasta el mundo de los muertos. Esto ya se ha puesto en práctica en otras tantas ocasiones. Todos hemos escuchado de alguna historia navideña que se ha formulado recogiendo muchos de los elementos característicos del clásico. Por supuesto, esto no sale fuera del ámbito de la mera inspiración entre escritores, y es obvio que a pesar de poseer ciertos paralelismos se diferencian en otros tantos aspectos. 
Los primeros capítulos son tan sólo una introducción hacia el planteamiento general de la trama. Es ya después cuando se aplica la estructura pasado-presente-futuro tan característica de "Canción de Navidad". A Charlotte también se le aparecen fantasmas, pero son sus propios amigos muertos venidos desde el Más Allá. Le mostrarán, así pues, las Navidades pasadas, presentes y futuras con el objetivo de persuadirla para que regrese junto a ellos. Tendréis que leer el libro por vuestra cuenta si queréis saber si este método tiene efecto o no. 
Si bien este es un concepto que habremos podido observar en otras producciones artísticas, la parte más interesante para mí es comprobar el enfoque y el nivel de aprovechamiento que se le concede. En este caso concreto, considero que la fórmula funcionó bastante bien. Partiendo del hecho de que la propia Charlotte, que llevaba muerta desde hacía tanto tiempo, tenga la inesperada oportunidad de una especie de resurrección navideña me parece sumamente original. Es un proyecto innovador y que puede dar lugar a mucho juego para con los personajes y la propia historia a contar. Esta vez no se trata de convencer a Scrooge de que ha de convertirse en una mejor persona sino de convencer a Charlotte de que quizás esté mejor muerta. 
Gracias a esta regresión a la vida humana de Charlotte, el lector obtiene una panorámica más amplia de la situación de dicho personaje. Y es que estábamos tan acostumbrados a la Charlotte muerta y a todo lo que eso involucraba que muchas veces se nos pasaba por alto como era realmente su vida cuando estaba viva. Conocíamos algunas de sus ambiciones y de sus sueños, pero lo cierto es que su rutina diaria se hallaba bien lejos de tan altos estándares como los que perseguía. 
Charlotte retorna tiempo atrás, y eso hace que además regrese a la soledad y la desdicha que la embargaba. Trata de remediarlo constantemente; intentando ganarse el afecto de un grupo de amistades que cree que puede satisfacerla y hacerla feliz. El propio lector ya es consciente de que esta no es la solución. Todo el mundo parece darse cuenta menos la propia protagonista. Vuelve a sumirse en una vida insatisfactoria, que no termina de llenarla ni mucho menos de hacerla feliz. Obtenemos una panorámica más amplia de dicho personaje, conociéndola en un mayor grado de profundidad y entendiendo quizás por qué poseía una naturaleza tan soñadora. Era su única vía de escape para con la terrible realidad que la rodeaba. 
Pero no solamente vemos a Charlotte tiempo atrás, sino que conocemos al resto del elenco de personajes antes de que todo lo relatado en el primer tomo de Ghostgirl ocurriese. Conocemos a Petula, las Wendys, Scarlet y Damen antes de que tuviesen contacto con Charlotte. Si algo sabemos es que la chica fantasma marcó un antes y un después en la vida de todos ellos, y fue la responsable de tamaña evolución (menos en el caso de las Wendys, ellas siguieron igual xd). Esta vez viajamos tiempo atrás, conocemos a los personajes de tiempo atrás, antes de que cambiasen. La transformación es brutal; parecen villanos, casi sin piedad o compasión. Esto hace que la hostilidad de la situación en la que ya de por sí se halla Charlotte se potencie todavía en mayor medida. 
En cierto modo es casi como si se repitiese el proceso del primer volumen. Ellos vuelven a conocer a Charlotte "por primera vez" y es ella quien provoca tal impacto sobre ellos que les empuja a cambiar su actitud de una vez por todas. 
Como ya habréis podido notar, creo que se pueden sacar muchas moralejas distintas a lo largo de esta historia. Y la idea que he extraído de este me parece una lección que cualquiera podría aplicar a su vida diaria. Todos somos un poco como Charlotte, a veces reflexionando demasiado sobre lo que pudo haber sido, los "y si" o lo que nos gustaría cambiar de nuestro pasado. Muchas veces sin percatarnos de que deberíamos de dejar esa parte de nosotros atrás. Aceptarla y dejarla ir. Siempre podemos aprender del pasado y de nuestros errores, y basarnos en ello para construir un futuro mejor. 
Hasta se aborda el tema de la soledad, que es sin lugar a dudas uno de los típicos temores de los seres humanos. Nuestra existencia no se ve del todo completa hasta que tenemos a nuestro alrededor un círculo de personas que nos quiere y para las que somos importantes y viceversa. Ese es uno de los principales motivos por los que Charlotte, aunque haya regresado a la vida, sigue sin poder ser feliz. Me gustó que se le concediese tanta importancia a nuestra necesidad de encontrar personas compatibles con nosotros, simplemente guiados por nuestro propio instinto o naturaleza. Es algo en lo que quizá no reparamos hasta que realmente lo necesitamos. 
Tengo un pequeño conflicto interno con uno de los aspectos de la novela. Y es que, a pesar de que me parece que es un planteamiento muy original, me encuentro dividida entre dos posturas. Por un lado, a lo mejor la trama ha caído en lo repetitivo porque vuelve a ponerse a Charlotte en la encrucijada de si debería de volver a la vida o conformarse con la muerte. Ya lo ha utilizado en repetidas ocasiones en los volúmenes anteriores, como si se tratase de una fórmula a emplear para guiar al personaje a una nueva aventura. Pero por otra parte, me pongo en la piel de Charlotte y no puedo evitar pensar que si yo me encontrase en su misma situación puede que hasta yo tropezaría con la misma piedra. Quizás, llevados por la emoción del momento, nos replantearíamos volver a cambiar el pasado. Me debato entre ambas opciones continuamente y me es imposible evaluar la una sin contrarrestarla con la otra. 
Hay otro factor que tampoco fue de mi agrado. Charlotte es extremadamente sensible y emocional, guiándose mucho por sus instintos y sus sentimientos en cada momento. Había momentos en los que, por algún motivo u otro, interactuaba con Petula, las Wendys o incluso con Scarlet recibiendo un trato bastante irrespetuoso, brusco y hasta cruel. Pero es que esos comentarios ni siquiera son de manera disimulada, sino que van directos a causar dolor. Y Charlotte parece no ser capaz de captar el doble sentido que tienen implícito, hasta cuando este es bastante obvio. Cae en un absurdo enorme y cualquier persona sensible se hubiese visto herida de inmediato al recibirlos.
Hay otros tantos elementos a subrayar que son muy característicos de esta saga en particular. La historia es ligera y entretenida, se lee en un suspiro y es bastante refrescante en caso de que estés pasando por un bloqueo lector o algo parecido. Tiene un toque tierno y un final muy emotivo, el cierre perfecto para todo lo que se había planteado con anterioridad. 
El estilo de escritura de esta autora se caracteriza por sus abundantes referencias pop/punk/góticas/emo y por sus diálogos espontáneos y naturales entre los personajes. Tiene un ritmo veloz que terminará por engancharte. O hasta es capaz de caer en lo emotivo cuando se trata de elaborar las reflexiones del principio de cada capítulo, que poseen un cariz bastante filosófico y emotivo. 
Esta vez no hay ningún personaje nuevo que entre a formar parte de la historia. Son los mismos que ya conocíamos puestos a prueba para comenzar toda una serie de peripecias. 
Charlotte continúa con su particular cabezonería. Pero no deja de ser un personaje entrañable, impulsiva, algo atolondrada, una soñadora en ciernes que pretende alcanzar todo lo que se propone. Puede llegar a resultar algo desesperante en algunas partes, pero en el fondo está llena de bondad y son muchas veces sus buenos sentimientos y sus sueños las que le impiden ver con claridad. 
Petula y las Wendys vuelven a convertirse en el tópico andante que eran para el primer libro. Son la encarnación del estereotipo de las típicas chicas populares del instituto que solo piensan en chicos y maquillaje. Naturalmente, todo esto se hace con la intención de proporcionar un trasfondo cómico al desarrollo de los acontecimientos. Y, por contrapartida, también son las artífices de muchos de los desastres en los que finalmente terminará viéndose envuelta Charlotte. Poseen una faceta chistosa que se entremezcla con una cara mucho más vengativa y ególatra. 
Damen sufre un desarrollo similar al del primer libro. Le conocemos como el cliché del novio de la chica más popular, que la sigue como un perrito faldero y poco más tiene que aportar. Pero a medida que transcurre el ritmo de los acontecimientos le vamos conociendo con más profundidad, mostrando que es mucho más interesante de lo que parece a simple vista. Es casi como repetir ese patrón que ya habíamos experimentado previamente. 
De entre todos los personajes, uno de los que más me sorprendió fue Scarlet. Como lectores, ya nos habíamos hecho a la idea de conocer a Scarlet como la mejor amiga de Charlotte, pero ahora que volvemos al pasado hallamos a la otra Scarlet. La chica gótica arisca con un permanente mal humor que no quiere tener nada que ver o rendirle cuentas a nadie en absoluto. También ella se enfrenta a nuestra ghostgirl con frecuencia, hasta que por fin su corazón parece ablandarse un poco y la va dejando entrar en su vida. 
Eric, como cabía de esperar, tiene su pequeña dosis de protagonismo. Si bien es cierto que permanece a un lado durante la primera mitad de la novela, por fin toma acción en la segunda. Él sí que mantiene la esencia que tanto le caracteriza. Es ahora cuando le toca demostrar sin reservas hasta dónde llegan sus sentimientos por Charlotte y, sobre todo, si serán lo suficientemente fuertes como para hacerle replantearse su situación. 
Y con esto termino mi reseña de "Ghostgirl: Canción de Navidad" de Tonya Hurley. 
¿Lo habéis leído?
Si es así, ¿qué os ha parecido?
¿Lo queréis leer?
COMENTADME.
(3/5 estrellas)
Tonya Hurley:
Cita:
"Quiero" es probablemente la palabra pronunciada con más frecuencia durante las fiestas navideñas, algo que resulta increíblemente lógico. Aunque puede ser una época de comportamientos inusualmente caritativos, la Navidad es también el único momento del año en el que la gente puede dejarse llevar por sus instintos más básicos y expresar sus verdaderos sentimientos sin sentirse demasiado cohibida y egoísta. En pocas palabras, la Navidad es casi la única oportunidad que tiene una persona para mostrarse como realmente es. 
Espero que os haya gustado. Recordad que yendo abajo tenéis el gadget de seguidores para seguirnos en nuestro blog Mundo Literario (arriba tenéis la suscripción por correo electrónico) y que próximamente Melani (la otra administradora del blog) también publicará algo. ¡Hasta la próxima! 
Beatris

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